Casi no había tenido tiempo de sacar los cartuchos cuando empezó a llover. Se parapetó en su puesto, cubriéndose con el plástico para que no se mojara el fusil. Lo peor era la espera, el tiempo muerto. Empezó a pensar en cómo iba a contar después, a los años, ese primer momento en la trinchera. Ya se imaginaba la chimenea de su casa rodeada de nietos vestidos de domingo pegándose por sentarse junto a él, comiendo todos las rosquillas de su esposa y a él mismo diciendo Niños, en la guerra llovía tanto... Sonrió y en ese momento de pequeña felicidad, sin que hubiera habido ningún ruido antes, una bala le entró como un silbido por la frente y allí se quedó parada.
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7 comentarios:
qué grato es volver a leerte!
Impactante
amigo, menudo regreso.
joder curri, que bueno. Desde el título hasta la última palabra. Eres un buen escritor.
felicidades.
Muy bueno. Comparto mi opinión con ese tal Javier.
Qué piensas del best seller?
Cómo lo escribirías tú?
Por favor, responde en nuestro blog.
Da igual que no lo firmaras. Sabría que es tuyo. Me alegra comprobar que sigues por aquí.
Un abrazo.
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