La Oveja negra
En un lejano país existió hace muchos años una Oveja negra.
Fue fusilada.
Un siglo después, el rebaño arrepentido le levantó una estatua ecuestre que quedó muy bien en el parque.
Así, en los sucesivo, cada vez que aparecían ovejas negras eran rápidamente pasadas por las armas para que las futuras generaciones de ovejas comunes y corrientes pudieran ejercitarse también en la escultura.
Augusto Monterroso
4 comentarios:
Este cuento me lo leyó hará escasos días una amiga, no sabíamos de quién era, me encantó :)
Esta historia me recuerda al chiste de la araña que se queda sorda cuando le arrancan todas las patas...
Cuando la lectura de un hecho se presta a múltiples interpretaciones, y algunas de éstas son tendenciosas y persiguen intereses políticos, la distorsión de la realidad puede llevarnos al absurdo.
Espero no estar siendo el producto alfarero de nadie, pero quién sabe...
Felicidades Curri por tu buen gusto y por tu constancia. Un saludo y disfruta del verano.
Clap
Clap
Clap
Monterroso...un grande
El escritor monterroso quiere dar una gran leccion en tan pocas palabras
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