Inauguramos la sección Una provincia, una vergüenza en la que iremos
recopilando anécdotas simpáticas, más o menos eróticas y un poco vergonzosas, que
han ocurrido en distintas ciudades del sur. Empezamos con el caso ocurrido en
Almería del hombre con el pene atrapado en un cojinete.

Según un estudio de la Universidad de Ohio, los hombres piensan en sexo,
al menos, 19 veces al día. En la localidad almeriense de Los Gallardos, en 1988,
un hombre de 42 años estaba en una de sus 19 veces diarias cuando vio,
brillando, el hueco
de un cojinete y se le ocurrió una idea. Quizás le pareciera una buena idea
al principio, pero la cosa no salió del todo bien. Al poco de introducirlo, el
pene se le quedó atrapado en la pieza de metal y, por más que lo intentó, no
pudo sacarlo. La cosa no tardó en empezar a ponerse fea, tomando un color
oscuro e hinchándose de una manera exagerada. El hombre debió asustarse y llamó
a su mujer para que le ayudara. ¿Pero
cómo has hecho eso, alma de cántaro, cómo se te ocurre…? No te lo vas a creer pero
no es lo que parece… Y se fueron juntos, conduciendo a toda velocidad los 60
kilómetros que hay desde Los Gallardos hasta el hospital Torrecárdenas de la
capital.
En el hospital le llevaron de urgencia a la sala de operaciones, entre
risitas, y procedieron a sacárselo. Pero ¿cómo? No había un protocolo para este
tipo de casos y el personal médico carecía del instrumental necesario para
cortar una pieza de metal de ese grosor, así que se les ocurrió pedir la ayuda
de un técnico de mantenimiento del hospital para que cortara la pieza con sus
herramientas. Felizmente, gracias a su pericia y no sin dificultad, pudo cortar
la pieza y liberar al
hombre.
Estas noticias, cuando salen en prensa, tienen un particular efecto
llamada, y en el año 2011 volvió
a comentarse que había vuelto a suceder lo mismo en el mismo hospital,
aunque en esa ocasión no se saben muchos más detalles. En el 2012, un hombre de
52 años en Granada tuvo la misma idea
feliz, esta vez con un cilindro de metal. Por suerte, en los tres casos,
los tres consiguieron mantener su pene con vida gracias a la ayuda de los
médicos. Pero, por favor, no hagáis esto ni de broma.
Desde la redacción de El Marrajo queremos desmentir el dicho popular de
que, cuando el calor aprieta y hay que meterla, cualquier agujero es bueno. Para
demostrar que esta teoría está equivocada, hemos querido llevarla a la práctica
convenciendo a nuestro becario para que se colocara un cojinete en su miembro
viril. Nos ha costado un poco, y no se lo ha terminado de creer cuando le hemos
dicho que era una costumbre para todos los nuevos. Al final, le hemos engañado
y diciéndole que era un experimento sociológico y que le íbamos a dar dinero si
se lo colocaba, ha terminado cediendo. Ha pedido intimidad y ha entrado en el
baño a ponérselo. Desde el otro lado del baño hemos recogido sus declaraciones
con una grabadora, que pasamos a reproduciros textualmente: Pero… ¿qué cojones? ¿A quién se le ha
ocurrido esta mierda? Esto no mola nada. ¡Joder, qué daño! ¡Me cago en la madre
que os parió! ¿Y ahora cómo me saco yo esto?
Texto aparecido en ElMarrajo.com
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