Decía Guillermo Fuertes, redactor cubano de cultura de La voz de Almería
durante muchos años, que, de tanto verlo repetido en su vida, ya se
había cansado de lo que él llamaba las almeriensadas. La almeriensada
consistía en que algún habitante de Almería, autóctono, aborigen y
anónimo, se empeñaba durante años en alguna empresa en principio
imposible, movía cielo y tierra para conseguirlo y cuando, por fin,
conseguía que aquello saliera para adelante y empezara a funcionar,
súbitamente perdía todo el interés, se retiraba a un segundo plano y
dejaba que aquello que había costado tanto en hacerse realidad se fuera
haciendo cada vez más pequeño hasta que al final desaparecía. Así,
durante años, él había visto nacer, brillar y morir una gran cantidad de
proyectos sin que nadie hiciera nada por remediarlo. Así, del mismo
modo, nace esta sección, como un arrebato, y acabará algún día, sin
previo aviso.
Publicado el 29 de enero de 2015 en la revista El Marrajo
No hay comentarios:
Publicar un comentario