27 noviembre 2010

Tengo una copla morena


Lo que más se echa de menos estando lejos no es la comida, ni los olores, ni los amigos, ni la familia. Lo que se echa más de menos es encontrarte con esa gente que ves de vez en cuando por la calle y con la que te paras a hablar un minuto. Que no son amigos, pero te da alegría encontrártelos. Los conocidos. No tener conocidos es lo que te hace ser extranjero.

En el camino a mi casa me crucé con un chaval joven, heavy con el pelo largo, que me recordó a alguien. Como no daba con quién, le miré directamente a la cara mientras pasaba, como se mira en el sur, y el muchacho se asustó. Intentó poner cara de Soy un tío malo, mala persona, no me mires que te reviento... pero los ojillos pequeños temblorosos le delataban, en realidad, más bien estaba pensando No me pegues tío, que no te he hecho nada, déjame en paz, por favor... Y en ese momento caí ¡Quién iba a ser! Aquel tipo era la reencarnación francesa del joven autor, ¡el realvisceralista!

*

3 comentarios:

Julio Béjar dijo...

Las ciudades parecen estar pobladas por las mismas personas.

Anónimo dijo...

Costumbres tranquilizan el alma… a veces !
Quizas ya cruzas a esa « gente conocida » que te hace alegre sin que te das cuenta de eso !
You’ve got to keep your eyes wide open !
Y no olvidate salir para poder encontrar a esta gente ! :-)

Sr. Curri dijo...

-Julio, ya te digo yo que la gente de Almería es diferente; por lo menos para los almerienses que los entendemos. Su bonicura no tiene parangón -que diría Paco Calavera.

-Anónimo, llevas razón. Hay que tener un buen ánimo. "Y en todas partes he visto gentes que danzan o juegan, cuando pueden" -que decía Antonio Machado. Saldremos a conocerlos.