07 febrero 2006

En un café

Pum, pum, pum. Tecno del barato, para que no tardes en pensar que estás mejor en tu casa que aquí, hablando a gritos y con la cabeza a punto de reventar. El hostelero sabe. Así no te harás eterno en el café y vendrá otro a ocupar tu lugar y no tardará en marcharse. Que esto no es un club social, que es un negocio. Aunque igual que a los camaleones se les concedió el don de cambiar de color para adaptarse al medio, a ciertos humanos se les comienza a desarrollar la facultad de poder despreciar los sonidos que sólo aportan ruido a la comunicación. Ellos son el mañana. La juventud, el futuro. En ellos deposito mi confianza en vez de tirarla a la basura, como si hubiera diferencia.

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