10 junio 2012

Hombre pájaro

Cuando fue a devolver las llaves del piso respiró aliviado. Por fin se marcharía de aquella ciudad lluviosa. Entró en la oficina, buscó al encargado y al darle la mano notó un extraño tacto suave. Le miró a los ojos y se dio cuenta de que, aunque mantenía la forma humana, aquel hombre tenía cara y cuerpo de pájaro. No era algo metafórico ni poético, sólo había que verle para darse cuenta. Tenía también los movimientos y el caminar indeciso de los pájaros en el suelo. No parecía estar cómodo en la tierra y en la pequeña conversación que tuvieron, mientras escuchaba el tono agudo y musical de sus palabras, empezó a elucubrar en cómo haría aquel hombre para dar una vuelta por el aire en los ratos que nadie le mirara. Un vuelo corto y en algún sitio aislado porque, aunque pájaro, seguiría teniendo apariencia humana. Y pensó: A veces es mejor no destacar. Rester discret dans ses affaires.


Imagen: Pitucardi

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