A
lo largo de la historia, Almería no se ha vendido bien. Qué le vamos a hacer. Verduras
y hortalizas sí, pero el resto de bondades de la tierra las vendemos regular. Hemos
crecido con complejo de inferioridad y eso se ha reflejado en todo, también en
nuestra música. Por ejemplo, La Petenera,
una de nuestras canciones tradicionales, dice que Almería es fea porque no tiene
balcones y el himno
oficial de la ciudad empieza diciendo gárrulo andaluz. Parece de broma, pero es cierto. Si esto cantamos nosotros de lo nuestro, mal vamos. Dentro de esa
conspiración universal para perjudicar a Almería -que encabezamos casi siempre los
propios almerienses-, cuentan que la canción Bulería de David Bisbal en realidad iba a llamarse Almería, pero que en su discográfica tuvieron
una reunión y dijeron que ese título no lo veían, que iba a ser poco comercial
y que lo mejor era cambiarlo. Y así cambiaron el verso que podría haber sido “Almería,
pedazo de la tierra en que nací” por “Bulería, es la sangre de la tierra en que
nací”. A cambio, al muchacho le dejan cantar en los conciertos aquella de Almería tierra noble,
pero no es igual.
Todos los almerienses han dicho alguna vez en su vida una frase parecida a esta: "Yo soy el primero que habla mal de Almería, pero
me da mucha rabia que la gente diga cosas feas de la ciudad". Haciendo
un silogismo sencillo, podemos deducir que los almerienses se odian a sí
mismos.
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